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Contentamiento o Satisfacción

En todas las tradiciones del mundo, celebramos el final de cada año y el comienzo de uno nuevo: desde la observación judía de Rosh Hashaná hasta la víspera del Año Nuevo secular, o desde el Festival Lunar para el Año Nuevo Chino hasta el feriado del Nowruz en Persia, sin lugar a dudas, estas fiestas son un punto culminante del año, son un momento de renovación y alegría. Pero también invocan un espíritu de autoevaluación. Me gustaría entonces discutir en estas líneas, las formas en que nos embrollamos en un «modo de evaluación”, en un modo de análisis de nuestro desempeño durante el año que ha pasado. Este modo de evaluación esta creado por nuestro apego a las métricas del calendario. Estas métricas generalmente nos ayudan a hacer nuestras vidas más fáciles y organizadas, pero nuestro apego a ellas puede provocar emociones contradictorias y elevar nuestro nivel de ansiedad. Incluso bromeamos sarcásticamente sobre cómo sobrevivir estas temporadas de celebraciones de fin de año.

Pero la verdad es que la mayoría de nosotros, en un nuevo año, nos sumergimos en sentimientos encontrados relacionados con nuestras percepciones del «éxito» y el paso del tiempo.  Si bien nada será particularmente diferente de una temporada a la otra, terminamos evaluándonos críticamente en estos momentos: nos preguntamos si hemos hecho todo correctamente, si hemos prosperado durante el año pasado, si hemos sido suficientes. En mi manera de ver, hay dos fuerzas que juegan detrás de estas indagaciones: la fuerza de Ahankara, o nuestro ego, y la fuerza de Atman, o nuestra presencia interior, más comúnmente conocida como el alma.

La fuerza del ego dice: «Quiero ser mejor … que tú, que eso, que ellos, que cualquier otra cosa». Se basa en la comparación y por lo tanto inevitablemente trae decepción. De esta manera, nunca podemos estar completamente satisfechos, sin importar cuán exitosos seamos.

Al mismo tiempo, la fuerza de Atman, o el alma, susurra: «Quiero ser mejor» … solo eso. Diferencia sutil, pero que es muy significativa. Dentro de todos nosotros, es intrínseco ser y hacerlo mejor. Mejores padres, mejores hijos, mejores hijas, mejores hermanos, mejores amantes, mejores amigos, mejores trabajadores, mejores seres humanos. Esta es la fuerza de Atman, en la cual, según el Yoga, las semillas de la memoria y el deseo dormitan en reposo sagrado. Pero aquí también sentimos algo de decepción, porque todos tenemos esta necesidad interna de refinarnos y ser mejores y en esa incesante evolución, fallamos una y otra vez. Hay un remedio para este dilema, y se llama «Santosha», el segundo de los cinco Niyamas o reglas de comportamiento personal. Santosha significa contentamiento, satisfacción. Alistair Shearer lo describió como: «La ecuanimidad que ve las cosas como son, sin distorsiones por expectativas, necesidad o temor».  Cultivar  Santosha entonces traerá un gran énfasis hacia la ecuanimidad, una mejor manera de desarrollar la observación en lugar de la evaluación. Porque cuando observamos, nos apartamos de los juicios intelectuales que son, al final, una construcción de nuestra mente. El espíritu de satisfacción también refresca la expansión radiante de nuestra alma en su hermoso viaje hacia la luz. El mantra «Ecuanimidad» y la pregunta: ¿Cómo puedo tener el día más hermoso? nos pueden ayudar a profundizar la conciencia del estado de nuestro ser, observarlo y aportar algo de satisfacción. Te animo a que sea esta una práctica cotidiana. Hazte esta pregunta todos los días y repita el mantra: Ecuanimidad. Ecuanimidad. Ecuanimidad. Estas prácticas centrarán su corazón.

Además, te animo a que repitas regularmente las siguientes afirmaciones:

  • Abrazo la satisfacción con mi corazón como un estado puro e ilimitado.
  • Cultivo Santosha dejando ir todas mis expectativas.
  • Abrazo la alegría cuando enfrento mis miedos y los libero.
  • Cultivo Santosha aceptando este momento tal como es.
  • Abrazo la satisfacción como mi fuerza vital.

Cada mañana, a medida que nos despertamos, tenemos la oportunidad de elegir entre Santosha o Desencanto. Al igual que con todos los Yamas y Niyamas, la satisfacción debe ser cultivada con paciencia, humildad, disciplina y alegría. Acepta este momento tal como es y sueña con un futuro fundado en Santosha.

Te dejo con un hermoso poema del poeta Rumi:

El amigo es tu ojo, mantenlo puro.

No remuevas el polvo con la escoba de tu lengua.

Retírate de los extraños no de los amigos.

Un abrigo de piel es para el invierno no para el verano.

Cuando el ego se une a otro ego,

la oscuridad aumenta y el camino se pierde.

Cuando la inteligencia se une con otra inteligencia,

la luz aumenta y el camino se vuelve claro.

                                                      Rumi

Te deseo un hermoso día.

Namaste.

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