La aceptación es el reconocimiento de un proceso que suele ser negativo o que produce incomodidad, pero sin la intención de cambiarlo. «Acquiēscere», una palabra latina que significa «encontrar el descanso interior», es la raíz de nuestra palabra «Aquiescencia», sinónimo de las palabras aceptación, conformidad, consentimiento.
Encontrar descanso interior es la quintaesencia de la Aceptación.
Cuando aceptamos, encontramos paz interior, la paz necesaria para adquirir sabiduría y conectarnos con la vibración sutil del Universo lo cual nos va a permitir avanzar.
El secreto de la aceptación es comprender la resistencia. Mi querido maestro David Ji solía decir «No te resistas». Entonces, ¿qué se puede hacer para vivir una vida de acción sin resistencia?

La aceptación es generalmente mal entendida en nuestra sociedad. Se considera debilidad, ya que todavía vivimos en una civilización que confronta. Pero lo que en realidad aceptamos es «lo que es», porque «lo que es» no se puede alterar. Piensa en la cantidad de fricción que aplicamos en nuestra vida interior cotidiana y en nuestro pensamiento interior cotidiano porque no aceptamos lo que está sucediendo. Y a través de esa confrontación interna, lo que hemos perdido es el mensaje perenne que late constantemente en el aquí y el ahora. La única opción que tenemos para avanzar es la aceptación, de lo contrario nos quedamos atascados en nuestra confrontación interna.
Cada vez que nos resistimos a una situación, mental o emocionalmente, creamos tensión. Esta tensión es el resultado de nuestro hábito de confrontar lo que enfrentamos en lugar de aceptarlo como es. Este comportamiento interno de confrontación se almacena en nuestra mente por repetición, luego nuestro intelecto crea un pensamiento condicionado. Esto proviene principalmente de la capa de nuestro cuerpo sutil que usualmente llamamos ego. Cuando nos resistimos, estamos defendiendo la importancia de este ego.

Finalmente he aprendido del maestro Ekhart Tolle que ante una situación determinada que te incomoda tienes solo tres opciones. Modificarla, Aceptarla o Dejarla. Si no la puedes modificar, acéptala o déjala. Cualquier otro comportamiento carecería de sentido.

«Más allá de las ideas de hacer el mal y hacer el bien, hay un campo. Nos vemos allí.
Cuando el alma se acuesta en esa hierba, el mundo está demasiado lleno para hablar».

RUMI